Escribo este artículo, aunque no trate tanto de mitología sino de hechos históricos reales, por la rabia que me produce el uso tan inadecuado, infantil o simplemente impreciso que se hace en todas partes de este término.
Un Berserker era un guerrero vikingo que acudía al combate cubierto solo por pieles de osos (y más adelante en el tiempo también de lobos). Se cree que el origen del termino viene de Berr, oso y -serkr, camisa; lo cual hacía referencia claramente a su vestimenta.
Eran adoradores de Odin y se decía que en la furia de la batalla entraban en trance y no sentían ni el fuego ni el dolor del hierro. Tal era su enagenación el la batalla que podían incluso atacar a sus compañeros. Eran uno de los principales elementos de los que los vikingos se servían para inspirar terror en sus enemigos. Incluso han sido representados mordiendo sus propios escudos.
Hoy en día se sabe de la existencia real de estos guerreros gracias a los hallazgos de algunos restos, así como, sobre todo, gracias a la obra de Snorri Sturluson, autor de las Sagas y las Eddas en las cuales se recoge casi todo el conocimiento de los mitos y leyendas vikingos así como de su historia, que poseemos en la actualidad.
Se cree que este estado de trance en el que se sumían se debía o bien a un tipo de hongo alucinógeno llamado amanita muscaria o bien por tomar alimentos contaminados con cornezuelo del centeno, el cual contiene ácido lisérgico (precursor del LSD). También se sabe que los vikingos organizaban en algunas ocasiones festines previos a las batallas, en los cuales tomaban en su cerveza algunos productos que podían ocasionar sensación de ingravidez, furia, risa histérica...
También aparecen en algunas de las Sagas los Berserker descritos como unos guerreros muy fieros pero totalmente abandonados a los placeres. Probablemente esta última descripción del Berserker venga de una evolución que pudiera sufrir esta casta de guerreros que la llevase a la decadencia.
Más adelante la iglesia los ha llamado endemoniados y se les ha identificado también con hombres lobo.
Espero que esto haya ayudado a difundir el verdadero significado de este término y que evite
futuras confusiones.
lunes, 25 de octubre de 2010
martes, 12 de octubre de 2010
Gleipnir, la ligadura irrompible
Una de las numerosas leyendas de la mitología nórdica nos cuenta cómo fue capturado el lobo Fenrir, hijo de Loki y de cómo estará preso hasta el Ragnarok
Ocurrió una vez, que lo Aesir, cansados de las batallan que debían librar con Fenrir y su camada y furiosos por las muertes de sus compañeros, decidieron que debían apresarlo. Sin embargo las sogas normales no eran rival para los poderosos músculos de la bestia, así que acudieron a los enanos.
Estos por encargo de el dios Thor, crearon la soga Gleipnir la irrompible. Se dice que para crearla los mejores artesanos enanos tuvieron que recurrir a los más extraños materiales. Esta compuesta de el sonido de la pisada del gato, la barba de una mujer, las raíces de la montaña, los nervios del oso, el soplo de los peces, y la saliva del pájaro.
Una vez tuvieron la mágica soga, los dioses esperaron la ocasión propicia para atrapar a Fenrir.
Un día varios aesir consiguieron enfrentarse a él cara a cara. Le propusieron un reto, atarlo con una soga y que el la rompiera, si lo conseguía sería libre de huir, pero si no quedaría atrapado para siempre. Fenrir, vanidoso pero astuto, quiso ver la soga primero, y al verla tan fina y frágil, sospechó, y preguntó:
-¿como podría yo saber, que esta soga es una soga común y que no pretendéis engañarme?
-Nosotros así te lo decimos-contestaron los dioses.
-No os creo, quiero una garantía. Uno de vosotros habrá de meter la mano en mi boca, de forma que si es un engaño, se la arrancaré en el acto.
Los dioses, conscientes de que era un engaño, pero también de que la oportunidad no se repetiría, no sabían qué hacer, pero entonces el valeroso Tyr dió un paso adelante y dijo:
-Mi mano será tu garantía, si eso es lo que necesitas.
Y así ataron a Fenrir con Gleipnir, sujetándolo a la isla Lyngvi, en el lago Ámsvartnir.
Una vez estuvo atado, se dispuso a liberarse, pero al ver que no podía, y percibir el engaño, lanzó una terrible dentellada, con la que arrancó la mano del dios.
Y así fue cómo el gran lobo Fenrir quedo atado por siempre, y Tyr manco.
Ocurrió una vez, que lo Aesir, cansados de las batallan que debían librar con Fenrir y su camada y furiosos por las muertes de sus compañeros, decidieron que debían apresarlo. Sin embargo las sogas normales no eran rival para los poderosos músculos de la bestia, así que acudieron a los enanos.
Estos por encargo de el dios Thor, crearon la soga Gleipnir la irrompible. Se dice que para crearla los mejores artesanos enanos tuvieron que recurrir a los más extraños materiales. Esta compuesta de el sonido de la pisada del gato, la barba de una mujer, las raíces de la montaña, los nervios del oso, el soplo de los peces, y la saliva del pájaro.
Una vez tuvieron la mágica soga, los dioses esperaron la ocasión propicia para atrapar a Fenrir.
Un día varios aesir consiguieron enfrentarse a él cara a cara. Le propusieron un reto, atarlo con una soga y que el la rompiera, si lo conseguía sería libre de huir, pero si no quedaría atrapado para siempre. Fenrir, vanidoso pero astuto, quiso ver la soga primero, y al verla tan fina y frágil, sospechó, y preguntó:
-¿como podría yo saber, que esta soga es una soga común y que no pretendéis engañarme?
-Nosotros así te lo decimos-contestaron los dioses.
-No os creo, quiero una garantía. Uno de vosotros habrá de meter la mano en mi boca, de forma que si es un engaño, se la arrancaré en el acto.
Los dioses, conscientes de que era un engaño, pero también de que la oportunidad no se repetiría, no sabían qué hacer, pero entonces el valeroso Tyr dió un paso adelante y dijo:
-Mi mano será tu garantía, si eso es lo que necesitas.
Y así ataron a Fenrir con Gleipnir, sujetándolo a la isla Lyngvi, en el lago Ámsvartnir.
Una vez estuvo atado, se dispuso a liberarse, pero al ver que no podía, y percibir el engaño, lanzó una terrible dentellada, con la que arrancó la mano del dios.
Y así fue cómo el gran lobo Fenrir quedo atado por siempre, y Tyr manco.
La omnipotencia de Odin y la creación de las runas
Cuenta la leyenda, que al principio de los tiempos, Odin era capaz de ver lo que pasaba en los nueve mundos desde su trono Hliðskjálf, pero no podía sin embargo ver el futuro. Este al ser el dios de la sabiduría, tenía una inmensa necesidad de conocer el futuro, pues se dice que fue él quien dió el don de la curiosidad a los hombres.
Odin sabía que quien bebiera de las aguas del pozo Urd obtendría la omnipotencia, de forma que acudió allí, y pidió a Mimir, su guardián, que le permitiese beber de las aguas. Pero este, conocedor del valor de la sabiduría absoluta, le exigió al dios que dejase algo como prenda, uno de sus ojos (lo cual simboliza la diferencia entre belleza y fealdad). Odin, sin dudarlo un momento, extrajo su ojo, y se lo entregó a Mimir, que lo arrojó a las profundidades del pozo, para que permaneciese allí por toda la eternidad. De esta forma, Odin sacrificó la belleza por la sabiduría.
Más adelante, en un enfrentamiento entre los Vanir y los Aesir, Mimir fue decapitado, y Odin tomó su cabeza, y la conserva junto a sí, haciéndola hablar por medio de la magia, lo cual la convierte en una fuente inagotable de conocimientos.
A pesar de que los conocimientos que Odin obtuvo eran de gran importancia, su sabiduría absoluta no consiste solo en estos, sino que también se compone de la magia y las poesías.
El saber de estas dos artes lo obtuvo mediante el conocimiento de las runas. En otra leyenda se narra cómo obtuvo Odin las runas.
Ocurrió que Odin queriéndo obtener el saber de las runas, realizó el sacrificio de sí mismo, clavandose su lanza Gungnir y colgándose cabeza abajo de las ramas de Yggdrasil, el fresno sagrado, durante nueve días y nueve noches. Y en la noche de el noveno día, cuentan que Odín pudo surcar las aguas de su propia alma, y allí en el fondo, encontró las runas y las asió, y aunque esto le provocó la muerte, resucitó, ahora conocedor de las runas.
Hay que resaltar que la muerte de Cristo, según la religión cristiana, guarda un enorme parecido con este mito, tanto por la lanza, como por el colgar durante largo tiempo y como por la resurrección.
Finalmente Odin, por medio de estos dos sacrificios se conviertió en el dios conocedor de todas las cosas y poseedor de la sabiduría absoluta.
Otras leyendas cuentan como Odin disfrutaba, tomando el aspecto de el anciano errante, y retando a duelos de sabiduría a grandes erúditos. Una vez se batió en un concurso de adivinanzas con el gigante Vafþrúðnir el cual se decía que era el más sabio de los gigantes, bajo el disfraz de Gágnraðr (gran similitud con el nombre de Gandalf). Preguntaron y respondieron preguntas sobre el presente, el pasado y el futuro, y ninguno se alzaba con la victoria, hasta que Gágnraðr preguntó al gigante, qué susurró Odin al oido de su hijo Baldr en su pira funeraria; descubriéndose así que era Odin, ya que una norma indiscutible en los torneos de adivinanzas es que el que formula la pregunta debe conocer la respuesta, y la respuesta a aquella pregunta solo era conocida por Odin. Y así el gigante salió derrotado, como todo aquel que se enfrentó alguna vez a Odin en uno de sus famosos duelos.
Odin sabía que quien bebiera de las aguas del pozo Urd obtendría la omnipotencia, de forma que acudió allí, y pidió a Mimir, su guardián, que le permitiese beber de las aguas. Pero este, conocedor del valor de la sabiduría absoluta, le exigió al dios que dejase algo como prenda, uno de sus ojos (lo cual simboliza la diferencia entre belleza y fealdad). Odin, sin dudarlo un momento, extrajo su ojo, y se lo entregó a Mimir, que lo arrojó a las profundidades del pozo, para que permaneciese allí por toda la eternidad. De esta forma, Odin sacrificó la belleza por la sabiduría.
Más adelante, en un enfrentamiento entre los Vanir y los Aesir, Mimir fue decapitado, y Odin tomó su cabeza, y la conserva junto a sí, haciéndola hablar por medio de la magia, lo cual la convierte en una fuente inagotable de conocimientos.
A pesar de que los conocimientos que Odin obtuvo eran de gran importancia, su sabiduría absoluta no consiste solo en estos, sino que también se compone de la magia y las poesías.
El saber de estas dos artes lo obtuvo mediante el conocimiento de las runas. En otra leyenda se narra cómo obtuvo Odin las runas.
Ocurrió que Odin queriéndo obtener el saber de las runas, realizó el sacrificio de sí mismo, clavandose su lanza Gungnir y colgándose cabeza abajo de las ramas de Yggdrasil, el fresno sagrado, durante nueve días y nueve noches. Y en la noche de el noveno día, cuentan que Odín pudo surcar las aguas de su propia alma, y allí en el fondo, encontró las runas y las asió, y aunque esto le provocó la muerte, resucitó, ahora conocedor de las runas.
Hay que resaltar que la muerte de Cristo, según la religión cristiana, guarda un enorme parecido con este mito, tanto por la lanza, como por el colgar durante largo tiempo y como por la resurrección.
Finalmente Odin, por medio de estos dos sacrificios se conviertió en el dios conocedor de todas las cosas y poseedor de la sabiduría absoluta.
Otras leyendas cuentan como Odin disfrutaba, tomando el aspecto de el anciano errante, y retando a duelos de sabiduría a grandes erúditos. Una vez se batió en un concurso de adivinanzas con el gigante Vafþrúðnir el cual se decía que era el más sabio de los gigantes, bajo el disfraz de Gágnraðr (gran similitud con el nombre de Gandalf). Preguntaron y respondieron preguntas sobre el presente, el pasado y el futuro, y ninguno se alzaba con la victoria, hasta que Gágnraðr preguntó al gigante, qué susurró Odin al oido de su hijo Baldr en su pira funeraria; descubriéndose así que era Odin, ya que una norma indiscutible en los torneos de adivinanzas es que el que formula la pregunta debe conocer la respuesta, y la respuesta a aquella pregunta solo era conocida por Odin. Y así el gigante salió derrotado, como todo aquel que se enfrentó alguna vez a Odin en uno de sus famosos duelos.
Odin
Odin es el dios mayor de el panteón nórdico, hijo de Bori y Bestla y hermano de Vili y Vé. Está casado con Frigg y es también el padre de los dioses Thor, Baldr, Vidar y Váli; así como de las Valkyrias, a las cuales mandaba a recoger a los einheinar (guerreros humanos muertos en combate) y también a intervenir en las guerras para conseguir el final en estas que él deseaba. A él se le atribuyen innumerables hazañas y protagoniza múltiples mitos.
A Odin se le representa con el aspecto de un anciano de larga barba blanco, vestido con túnica y un sombrero picudo azul. Gandalf el personaje de Tolkien esta basado en el aspecto de este As (dios de la mitología nordica). Este aspecto se le confiere por ser conocido como el anciano errante, una de sus formas, que toma cuando visita Midgard.
Odín carece de uno de sus ojos, el cuál entregó a cambio de la omnipotencia, tal como se relata en el mito de La omnipotencia de odín y la creación de las runas. Odín posee una serie de bestias mágicas que lo ayudan en su cometido de dios supremo. Posee dos cuervos llamados Hugin y Mugin, los cuales le informan de lo que acaece en los nueve mundos. También lo siguen sus dos lobos, Geri y Freki. Por último está su mítica montura, Sleipnir, el caballo de ocho patas, que representa los ocho vientos.
Su arma es la lanza Gungnir, la cual se dice que nunca fallaba, y que era capaz de comenzar las guerras entre los hombres, gigantes o dioses. Habitaba en el palacio de Valaskjálf, que construyó para sí y donde se encuentra su trono, el Hliðskjálf, desde el que puede ver todo lo que acaece en los nueve mundos.
El papel definitivo de Odin será liderar a los dioses y los einheinar contra los gigantes y las fuerzas del caos en el Ragnarok, y está escrito que morirá a manos de el lobo Fenrir, hijo de Loki, que se liberará de la soga mágica Gleipnir el día del Ragnarok. El propio Odin conoce su destino, pues es omnipotente, e igualmente sabe que inmediatamente después de su muerte el dios Vidar desgarrará las fauces de Fenrir y le introducirá el pié por la garganta hasta matarlo.
A Odin se le considera dios de la sabiduría, la locura, la victoria, la muerte, la poesía y la música, la magia, la profecía y la caza. Y por supuesto es el dios Allföðr ("padre de todos").
A Odin se le representa con el aspecto de un anciano de larga barba blanco, vestido con túnica y un sombrero picudo azul. Gandalf el personaje de Tolkien esta basado en el aspecto de este As (dios de la mitología nordica). Este aspecto se le confiere por ser conocido como el anciano errante, una de sus formas, que toma cuando visita Midgard.
Odín carece de uno de sus ojos, el cuál entregó a cambio de la omnipotencia, tal como se relata en el mito de La omnipotencia de odín y la creación de las runas. Odín posee una serie de bestias mágicas que lo ayudan en su cometido de dios supremo. Posee dos cuervos llamados Hugin y Mugin, los cuales le informan de lo que acaece en los nueve mundos. También lo siguen sus dos lobos, Geri y Freki. Por último está su mítica montura, Sleipnir, el caballo de ocho patas, que representa los ocho vientos.
Su arma es la lanza Gungnir, la cual se dice que nunca fallaba, y que era capaz de comenzar las guerras entre los hombres, gigantes o dioses. Habitaba en el palacio de Valaskjálf, que construyó para sí y donde se encuentra su trono, el Hliðskjálf, desde el que puede ver todo lo que acaece en los nueve mundos.
El papel definitivo de Odin será liderar a los dioses y los einheinar contra los gigantes y las fuerzas del caos en el Ragnarok, y está escrito que morirá a manos de el lobo Fenrir, hijo de Loki, que se liberará de la soga mágica Gleipnir el día del Ragnarok. El propio Odin conoce su destino, pues es omnipotente, e igualmente sabe que inmediatamente después de su muerte el dios Vidar desgarrará las fauces de Fenrir y le introducirá el pié por la garganta hasta matarlo.
A Odin se le considera dios de la sabiduría, la locura, la victoria, la muerte, la poesía y la música, la magia, la profecía y la caza. Y por supuesto es el dios Allföðr ("padre de todos").
Yggdrasil
El árbol de Yggdrasil sujeta y une los mundos desde el principio delos tiempos. Es un enorme fresno y de sus ramas penden los nueve mundos.
Yggdrasil se divide en tres partes principales: abajo, en la zona más cercana a la raiz, se encuentra Niflheim, el reino del hielo; según subimos en el tronco se encuentra Midgard, el reino de los hombres y por último en la copa se encuentra Asgard, el reino de lo Aesir, los dioses mayores de la mitología nórdica. Se piensa que este orden de los mundos hace referencia a el ciclo de la vida: El nacimiento, aunque parezca extraño, en Niflheim, debido a que según los nórdicos, el origen de la vida se encuentra en el hielo, del que surgen Ymir y Audumbla, tal y como vemos en El origen del mundo. El siguiente paso, obviamente la vida, se desarrolla en el mundo de los hombres, Midgard y por último la muerte, Asgard, pues según los nórdicos, todo hombre muerto en combate será recogido por las valkyrias y transportado hasta el valhalla.
A pesar de que esta sea la organización principal de los mundos, existen muchos mundos intermedios entre ellos.
Su orden de crecimiento es el siguiente:
Al pie del mismo se encuentra el pozo de Urd, fuente de todo el conocimiento, custodiado por Mimir. Con el agua de este pozo las nornas riegan el gran árbol y por obtener un trago de este agua Odín colgó de las ramas de Yggdrasil durante nueve días.
El tronco de Yggdrasil nace de tres raíces, una lleva a la fuente de Hvergelmir, la segunda a la fuente de Mimir y la tercera a la casa de las nornas, las tejedoras del destino.
En las raíces del gran fresno se encuentra el dragón Nidhogg, una bestia que junto con una gran orda de gusanos intenta devorar las raíces. Defendiendo estas raíces se encuentra Heimdall, uno de los aesir, que además de proteger las raíces de los ataques del Nidhogg protege la entrada a Asgard, el Bifrost, o puente sobre el arco iris, que comunica el reino de los dioses con Midgard y Niflheim.
Por el tronco corren cuatro ciervos y una ardilla. Los ciervos son Dáin, Dvalin, Duneyrr y Duraþrór (se sospecha que Tolkien tomó los nombres de los dos primeros para sus personajes Dain Ironfoot y Dwalin).
A la ardilla se la conoce como Ratatosk (nombre utilizado como personaje principal en la segunda parte de Tales of Symphonia) y su cometido es transmitir insultos del Nidhogg al Gran águila que habita en la copa de Yggdrasil, y viceversa.
Según las Eddas, el Ragnarok vendrá cuando Nidhogg consiga devorar las raíces de Yggdrasil.
Yggdrasil se divide en tres partes principales: abajo, en la zona más cercana a la raiz, se encuentra Niflheim, el reino del hielo; según subimos en el tronco se encuentra Midgard, el reino de los hombres y por último en la copa se encuentra Asgard, el reino de lo Aesir, los dioses mayores de la mitología nórdica. Se piensa que este orden de los mundos hace referencia a el ciclo de la vida: El nacimiento, aunque parezca extraño, en Niflheim, debido a que según los nórdicos, el origen de la vida se encuentra en el hielo, del que surgen Ymir y Audumbla, tal y como vemos en El origen del mundo. El siguiente paso, obviamente la vida, se desarrolla en el mundo de los hombres, Midgard y por último la muerte, Asgard, pues según los nórdicos, todo hombre muerto en combate será recogido por las valkyrias y transportado hasta el valhalla.
A pesar de que esta sea la organización principal de los mundos, existen muchos mundos intermedios entre ellos.
Su orden de crecimiento es el siguiente:
- Helheim, el Reino de los muertos.
- Svartálfaheim, el Reino de los elfos oscuros
- Niflheim, el Reino de la nieve y el frío intenso.
- Jötunheim, el Reino de los gigantes.
- Midgard, el Reino de los Hombres. (también conocido como Mannaheim.)
- Vanaheim, el Reino de los Vanir, una tribu de diose.
- Alfheim, el Reino de los elfos de la Luz.
- Asgard, el Reino de los Dioses (Aesir).
- Muspelheim, el mundo primordial de fuego, allí se encuentra el Ginnungagap.
Al pie del mismo se encuentra el pozo de Urd, fuente de todo el conocimiento, custodiado por Mimir. Con el agua de este pozo las nornas riegan el gran árbol y por obtener un trago de este agua Odín colgó de las ramas de Yggdrasil durante nueve días.
El tronco de Yggdrasil nace de tres raíces, una lleva a la fuente de Hvergelmir, la segunda a la fuente de Mimir y la tercera a la casa de las nornas, las tejedoras del destino.
En las raíces del gran fresno se encuentra el dragón Nidhogg, una bestia que junto con una gran orda de gusanos intenta devorar las raíces. Defendiendo estas raíces se encuentra Heimdall, uno de los aesir, que además de proteger las raíces de los ataques del Nidhogg protege la entrada a Asgard, el Bifrost, o puente sobre el arco iris, que comunica el reino de los dioses con Midgard y Niflheim.
Por el tronco corren cuatro ciervos y una ardilla. Los ciervos son Dáin, Dvalin, Duneyrr y Duraþrór (se sospecha que Tolkien tomó los nombres de los dos primeros para sus personajes Dain Ironfoot y Dwalin).
A la ardilla se la conoce como Ratatosk (nombre utilizado como personaje principal en la segunda parte de Tales of Symphonia) y su cometido es transmitir insultos del Nidhogg al Gran águila que habita en la copa de Yggdrasil, y viceversa.
Según las Eddas, el Ragnarok vendrá cuando Nidhogg consiga devorar las raíces de Yggdrasil.
lunes, 11 de octubre de 2010
El origen del Mundo
Aqui os narro el origen del mundo según la mitología nórdica:
Al principio de los tiempos, solo existían dos masas en el abismo Ginnungagap; En el norte se encontraban el país de los hielos, el país de las tinieblas y el país de la niebla, y a l Sur se encontraba el país del fuego.
De la mezcla de estas dos masas surgieron la tierra, las aguas y los mares. doce ríos nacían en el sur y se perdían en el norte.
Estas gotas de agua, junto con el calor de las llamas del sur, se congelaron en el norte y formaron al primer ser vivo en el mundo, el gigante Ymir que pronto tubo la compañía de la vaca Audumla, la cuál había nacido de la misma forma que él, y de cuyas ubres nacían cuatro ríos de leche, de la que se alimentaba Ymir, mientras Aumla lo hacía tomando la sal que obtenía al chupar el hielo y descongelarlo.
De las gotas de leche que se le escapaban a Ymir nació Buri, la primera diosa.
De Ymir nacieron los gigantes y de Buri nacieron los Aesir. Buri tuvo un hijo llamado Bor, que se casó con Bestla, nieta de Ymir. Estos tubieron tres hijos: Odin, Vili y Ve; los cuales mataron a su abuelo Ymir. Luego tomaron su cadaver y lo colocaron el abismo Ginnungagap, y su cuerpo muerto fue tan inmenso, que crearon el universo.
De su carne crearon la tierra, de su sangre los mares y lagos, de sus huesos las montañas, y de sus dientes las rocas. Con su cerebro crearon las nubes y con sus cejas limitaron el mundo. Por último
tomaron su craneo y formaron la bóveda celeste, que es sostenida por los cuatro enanos Norðri, Suðri, Austri y Vestri, que representan los puntos cardinales.
Más tarde el Sol apareció, y junto con la luna, comenzó a huir de los lobos que los perseguían. De las chispas que arrojó el sol en su huida surgieron las demás estrellas, y los dioses crearon el cauce por el que circula, para así poder regular el paso de las estaciones, los días y las noches.
Por decisión de los dioses, los enanos, que surgieron por sí mismo del cadaver de Ymir, tuvieron raciocinio, pero estuvieron condenados a habitar patra siempre bajo tierra.
Más tarde Villi y Ve tallaron la madera del fresno, y crearon al primer hombre, Ask, y de la madera del olmo, a la primera mujer, Embla; y así surgieron los hombres.
Al principio de los tiempos, solo existían dos masas en el abismo Ginnungagap; En el norte se encontraban el país de los hielos, el país de las tinieblas y el país de la niebla, y a l Sur se encontraba el país del fuego.
De la mezcla de estas dos masas surgieron la tierra, las aguas y los mares. doce ríos nacían en el sur y se perdían en el norte.
Estas gotas de agua, junto con el calor de las llamas del sur, se congelaron en el norte y formaron al primer ser vivo en el mundo, el gigante Ymir que pronto tubo la compañía de la vaca Audumla, la cuál había nacido de la misma forma que él, y de cuyas ubres nacían cuatro ríos de leche, de la que se alimentaba Ymir, mientras Aumla lo hacía tomando la sal que obtenía al chupar el hielo y descongelarlo.
De las gotas de leche que se le escapaban a Ymir nació Buri, la primera diosa.
De Ymir nacieron los gigantes y de Buri nacieron los Aesir. Buri tuvo un hijo llamado Bor, que se casó con Bestla, nieta de Ymir. Estos tubieron tres hijos: Odin, Vili y Ve; los cuales mataron a su abuelo Ymir. Luego tomaron su cadaver y lo colocaron el abismo Ginnungagap, y su cuerpo muerto fue tan inmenso, que crearon el universo.
De su carne crearon la tierra, de su sangre los mares y lagos, de sus huesos las montañas, y de sus dientes las rocas. Con su cerebro crearon las nubes y con sus cejas limitaron el mundo. Por último
tomaron su craneo y formaron la bóveda celeste, que es sostenida por los cuatro enanos Norðri, Suðri, Austri y Vestri, que representan los puntos cardinales.
Más tarde el Sol apareció, y junto con la luna, comenzó a huir de los lobos que los perseguían. De las chispas que arrojó el sol en su huida surgieron las demás estrellas, y los dioses crearon el cauce por el que circula, para así poder regular el paso de las estaciones, los días y las noches.
Por decisión de los dioses, los enanos, que surgieron por sí mismo del cadaver de Ymir, tuvieron raciocinio, pero estuvieron condenados a habitar patra siempre bajo tierra.
Más tarde Villi y Ve tallaron la madera del fresno, y crearon al primer hombre, Ask, y de la madera del olmo, a la primera mujer, Embla; y así surgieron los hombres.
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